Declaración final del Festival Por la Paz en Colombia – Memoria y Justicia social

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Mensaje a la sociedad colombiana y a la comunidad internacional

Con motivo de la clausura de nuestro Festival, queremos expresar un gran sentimiento de alegría y satisfacción tras constatar que somos muchas y múltiples las voces y las manos que nos sumamos a la voluntad irrefrenable de avanzar hacia un proceso de construcción de la Paz en Colombia.

Este llamado, se constituye en un imperativo en un país con el conflicto armado más largo del hemisferio occidental, cuyo impacto ha dejado, desde hace más de medio siglo, más de 220.000 muertos,  25.000 desaparecidos y alrededor de 6 millones de desplazados haciendo de Colombia el país con el más alto índice de desplazamiento interno en el mundo además del desplazamiento externo, donde 1 de cada 6 refugiados en el mundo es colombiano y se estima que el 52 %  son menores de edad.

Sabemos que la tarea no es fácil y que el camino es largo. Sabemos que la paz exige detener la confrontación bélica aunque claramente no se restrinja a ello. Sabemos que también son incontables las voces, los rostros y las víctimas invisibles del conflicto. Sabemos que hablar de la paz, no se trata de un simple asunto coyuntural sino que nos enfrentamos al desafío de generar una transformación profunda de los orígenes, de las ramificaciones y de las secuelas múltiples de la guerra.

Hoy, después de estos tres días que removieron nuestras sensibilidades a través de la música, del baile, del teatro, de la fotografía, de la pintura, del cine, del debate, de la gastronomía y de todo el conjunto de expresiones que tuvieron lugar en este Festival, insistimos en que vivir en un país en paz implica ejercicios de memoria histórica y colectiva.  Por estas fechas que coinciden con la conmemoración de la muerte de Camilo Torres, insistimos en la defensa del pensamiento crítico, del necesario derecho a la oposición propio de cualquier país que quiera afirmarse democrático en donde es inaceptable la existencia de presos políticos y en el cual se brinden todas las garantías necesarias para el ejercicio pleno de las libertades democráticas.

En este deseo colectivo por avanzar en la construcción de un país con justicia social y en paz, manifestamos nuestra preocupación y rechazo frente a las amenazas que vienen sufriendo distintos actores, actoras y sectores de la sociedad colombiana: entre ellos lideresas y líderes campesinos, pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes, estudiantes, periodistas, dirigentes de movimientos sociales y políticos, alcaldes, parlamentarios y defensoras y defensores de los derechos humanos.

En nuestro respaldo a una salida política y negociada al conflicto, apoyamos el proceso de paz que se adelanta actualmente en la Habana y, conforme a lo expresado en los distintos debates del Festival, consideramos que es necesario iniciar e impulsar los diálogos entre el gobierno y  el ELN.

Es indispensable generar procesos que amplíen y favorezcan las garantías de ejercicio de los derechos y las libertades democráticas y esencialmente de la participación social y política de las juventudes, de los pueblos indígenas, de las mujeres y de todos los sectores de la sociedad colombiana.

Ahora bien, en una sociedad que debe aprender a escuchar a las mujeres, la afirmación según la cual “el feminismo no ha matado a nadie pero el machismo si”, nos remite, tanto en el contexto de la guerra como en una perspectiva de superación de la misma, a una reflexión permanente así como a una labor cotidiana y colectiva que devele las injusticias contra las mujeres, que vuelva inaceptable la impunidad y que reconozca su rol insoslayable en las transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales que Colombia requiere.

Soñamos con un país que desde ya detenga las confrontaciones armadas, el cese al fuego bilateral que se impone en el actual contexto es un clamor por el derecho a la vida, de las comunidades y de la población civil. Así mismo exigimos el cese de las represiones a las movilizaciones ciudadanas así como el respeto y las garantías al derecho a la protesta que debemos defender tanto colombianos como demás actores de la comunidad internacional.

Consideramos que, si bien este Festival concluye hoy, nuestro empeño por aportar a la transformación democrática del país no se detiene. Seguiremos trabajando e invitamos a seguir avanzando con la participación de todos los sectores hacia la construcción de una Colombia en Paz, con justicia social. Seguiremos insistiendo en que este mensaje llegue lejos, que llegue a todas las regiones de Colombia, que sea promovido cada vez más por el continente americano y que siga trascendiendo fronteras.

Invitamos a que este Festival sea una inspiración que incentive nuevas y variadas iniciativas colectivas por la Paz de Colombia.

Agradecemos a todos los actores, actoras y sectores,  institucionales y no institucionales, organizados y no organizados, a todas las voluntades que nos acompañaron y se sumaron a esta iniciativa colectiva: artistas, colectivos, asociaciones, ciudadanas y ciudadanos colombianos, franceses y del mundo así como a la solidaridad de países de América latina y de Europa, por lo cual también agradecemos la presencia de los diferentes países, a través de sus embajadoras y embajadores y de los distintos saludos y mensajes allegados a nuestro Festival.

Nuestros agradecimientos a todas y a todos quienes de una u otra manera contribuyeron a hacer posible este Festival por la Paz Memoria y Justicia Social.

¡Viva la paz en Colombia!

Montreuil, Francia.

14, 15 y 16 de febrero de 2014.

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